Lo voy a admitir. Dije que no iba a hacer un análisis y no lo cumplí. Lo que hice con Closure fue un análisis, así que disculpen.
Pero esta vez no va a pasar lo mismo. ¡Claro que no! Les voy a recomendar un juego, les voy a decir de qué va y listo.
Bien, dicho lo que había que decir (?), la segunda recomendación es… The Company of Myself (TCoM).
Si se fijan en Kongregate, TCoM está entre los juegos mejor puntuados, por lo que esta vez no es una gran sorpresa la recomendación, peeeeeero bueeeeeno.
Después de algunas pantallas de introducción (como de costumbre) empieza la acción. En cada nivel veremos una caja verde a la que tendremos que llegar para seguir avanzando. Para lograrlo, podremos “crear” clones/sombras de nuestro protagonista que nos permitirán alcanzar lugares que solos no podríamos. ¿Cómo funcionan estos clones? Muy simple. Cuando presionemos la barra espaciadora nuestro personaje regresara a una flor que suele estar al comienzo de la pantalla y se creara un clon. Este clon hará todo lo que hayamos hecho antes de invocarlo. La idea es usar esto para poder pararnos sobre el sombrero de nuestro clon (o que él se pare sobre el nuestro) y así llegar al final. Normalmente el número de clones que podremos crear es infinito (indicado en el extremo superior izquierdo), pero en algunos niveles está restringido.
Además de usar las flechas para movernos y el espacio para crear nuestros clones, tendremos que usar la A para activar algunas palancas que nos dejaran avanzar hasta el final del nivel.
Como podrán ver, la mecánica del juego es bastante simple, y contando con 20 escenarios, no les llevara demasiado tiempo terminarlo.
Finalmente, debo decirles que la historia es muy buena (y bastante triste también).
Si lo empiezan a jugar, no lo dejen, háganme caso ;). El último nivel es ¡UNA LOCURA!
Bueno, ahora les doy tiempo para que terminen TCoM en compañía de ustedes mismos antes de darles la última recomendación.
Link al juego:
Nos estaremos viendo la sombra.
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