miércoles, 23 de marzo de 2011

Lo mejor de Kongregate: Hoy, Cactus McCoy

Todavía recuerdo aquellos días de mi infancia cuando jugaba con mis amiguitos a los vaqueros. Siempre me gustaba imaginar que era un valiente caza recompensas. El gran cactus caza recompensas…
Bueno, en realidad… no recuerdo con total claridad que haya sido así, pero eso es lo que nos trae Flipline Studios con Cactus McCoy.

Había una vez, en el lejano oeste…

Todo comienza una tarde, cuando un viejo de cabellos rubioanaranjados nos paga unas cuantas monedas para que encontremos la Thorned Emerald (un objeto parecido a un cactus redondo y muy brillante) y nos muestra el mapa con la ubicación.
A palazos se entiende el mundo.
Al llegar al lugar indicado, McCoy toma el preciado tesoro de lo que parecen ser las manos de un cactus con forma de persona, sin tener en cuenta las palabras escritas en una pared cercana: “Cuidado con la maldición”. Esa misma noche, mientras intenta descansar un poco del largo viaje, McCoy comienza a sentirse extraño y poco a poco se transforma en un… ¡cactus!
En ese momento aparece lo que parece ser el espíritu de Popöca, un sujeto que ha corrido la misma suerte que nuestro protagonista y no logró salvarse, así que advierte al caza recompensas para que se dé prisa y lleve la piedra a su “hogar” antes que quede convertido en un cactus de piedra para siempre.
Como si esto fuera poco, nuestro cliente pone precio a nuestra cabeza para recuperar su dinero y, lo más importante, su piedra.

Lo bueno, lo malo y lo feo

Sinceramente, Cactus McCoy es uno de los juegos de plataformas más completos que hay en lo que a páginas online se refiere.
Por empezar, los gráficos son muy buenos y alegres, entonando perfectamente con la idea del juego, y los fondos y escenarios están perfectamente logrados. En cuanto a la música, cumple, sin tener demasiada variedad (son tres o cuatro canciones distintas), pero logra un buen clima western.
Los controles son simples, como debe ser. Flechas para moverse, un botón para saltar, otro para golpear y otro para dejar caer lo que llevemos en la mano. Algo que no se puede dejar de remarcar es que los botones son configurables (algo no muy común en juegos de este estilo).
El punto más destacable quizás sea la diversión. En principio, el juego cuenta con 12 niveles. En cada nivel tendremos cinco cofres para encontrar y cinco objetivos que cumplir (que NO son obligatorios). Estas mini misiones van desde juntar a todas las gallinas que estén diseminadas por el nivel en su corral, hasta terminar el nivel en un tiempo determinado. En segundo término, nuestro personaje puede usar, además de sus puños, todo un arsenal para eliminar a sus enemigos. Cadenas, látigos, guadañas, palas, pistolas, ballestas, ramas, granadas, espadas, escopetas… ¡hasta alacranes y mazos de cartas! Les aseguro que la cantidad de armas que tendremos a disposición es enorme (más allá de que entre aquellas que son de la misma clase se parezcan). Por otro lado, a medida que eliminemos enemigos y cumplamos misiones iremos ganando plata que nos servirá para mejorar las características de nuestro personaje.
Así como elogiamos las grandes virtudes del título, también hay que decir que tiene sus fallitas.
Quizás la más importante son los escenarios, que muchas veces, sin ser iguales, son muy parecidos unos con otros (un claro ejemplo son los niveles de los trenes).
También existen otros detalles, pero son muy puntuales y no hacen una gran diferencia a la hora de jugar.

En conclusión, Cactus McCoy es un juego “simple”,  que les traerá un buen rato de diversión a aquellos que no quieran entrar en algo demasiado complejo o que tenga requerimientos muy pesados, y también a aquellos amantes de las buenas aventuras plataformeras.

(Nota: Obviamente, la finalizar cada nivel se contaran los puntos que hayamos hecho, que luego podrán subirse para comparar con los demás  y ver cual de los cactus tiene la espina más larga)


 Cactus McCoy lo podes jugar en:


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